La limpieza industrial se hace necesaria para la limpieza de grandes cantidades de piezas, para su posterior montaje o para un tratamiento de superficie como pintado, tratamiento térmico o galvanizado. Además, para las actividades de mantenimiento de herramientas y componentes.
El mantenimiento y la limpieza preventiva de una línea de producción hacen que se pueda conseguir la excelencia en la calidad de la producción, en los procesos productivos y evita pérdida de tiempo y gastos por interrupciones.
Los equipos e instalaciones industriales de limpieza por agua a presión, por inmersión y por ultrasonido se han convertido a día de hoy en medios indispensables de producción, para obtener la calidad de acabado del producto y el volumen deseado. Consiguen eliminar todo tipo de resto: aceite, grasa, polvo, virutas de los mecanizados, óxido, agentes desmoldeantes, resinas etc.
La limpieza por inmersión es una de las limpiezas técnicas más utilizadas para limpiar piezas de formas irregulares o grandes volúmenes de producción, no aptos para la limpieza por aspersión. Puede incluir el movimiento de la cesta, diferentes detergentes, enjuague, desinfección etc. Además puede incluir aspersores cuya presión variable sustituye la acción mecánica de la cavitación por ultrasonido. Un problema que se puede crear en estos equipos es la formación de un exceso de espuma y la solución está en el empleo de agentes tensioactivos poco espumantes.
El ciclo de lavado en la limpieza por inmersión suele depender del grado de suciedad y la temperatura oscila entre 60º y 80º.
La limpieza por inmersión puede ser la solución para el acabado de pequeñas piezas en gran cantidad y con un nivel de suciedad muy leve. Pero si no hay un buen sistema de separación del aceite es mejor utilizar un equipo de limpieza por ultrasonido con flujo laminar LFS.
Para el mantenimiento de piezas que necesitan descarbonización, la limpieza por ultrasonido resulta más eficaz respecto a la limpieza por inmersión, gracias a la acción mecánica ejercida por la cavitación ultrasónica 28 kHz y las sinergias generadas con los otros factores cuales el detergente, la temperatura del agua a 70º-85º y el movimiento de la plataforma elevadora.
La cavitación de los ultrasonidos ejerce acción mecánica y remueve la suciedad en la superficie externa así como en los espacios internos más recónditos, consiguiendo resultados de limpieza imposibles de lograr con otras maquinarias de limpieza industrial.
La limpieza por ultrasonidos resulta ser mucho más eficiente para el mantenimiento de piezas con suciedad difícil.
Para elegir el sistema de limpieza idoneo para cada aplicación hay que considerar si el uso de una sola etapa de limpieza es suficiente o si hacen falta más fases, con diferentes productos químicos, varios enguajes con agua corriente o agua pura, pasivado, secado etc. Hay que saber si es necesaria mover las piezas o pueden quedarse en posición estatica, si es necesario un separador de aceite, un sistema de filtrado basico o profesional etc.
Para elegir la frecuencia de ultrasonido más apropiada (por ejemplo 28 kHz, 40 kHz, 60 kHz etc) hay que recurrir a un profesional porque la frecuencia desempeña un papel determinante. Además hay que conocer la idoneidad de los productos químicos, en base a la superficie a limpiar y el tipo de suciedad. La temperatura del baño es muy relevante por la cavitación y también por la eficacia de los productos quimicos. Hay que acudir a una empresa especializada, capaz de asesorar sobre la manera más eficiente de consiguir el mejor resultado de limpieza industrial y desengrase.